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martes, 24 de septiembre de 2013

JESUS: Judio y Revolucionario


Jesucristo fue un judío revolucionario

por Oscar Mercado
Jesucristo por Rembrandt
“Joven judío como Cristo”, Rembrandt.
Jesucristo fue judío por linaje paterno y materno. Nació en Belén, lugar donde vino al mundo el legendario rey David, y también por formación pues difícilmente alguien que no fuese judío conocería tan bien los textos sagrados de la religión judía como para atreverse a dar una lección a los sabios doctores del templo de Jerusalén.Jesucristo lo hizo siendo aún un niño.
Lucas II, 46-47, Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. 
Más aún, Jesucristo fue circuncidado como todos los judíos de la época.
Lucas II, 21
, Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.
Jesucristo nunca negó la tradición judía, por el contrario se propuso restablecer el orden dictado por las leyes mosaicas.
Mateo V, 17
, “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”.
Sus seguidores lo llamaban Rabí, es decir, maestro de la religión judía.
Juan IV, 31
, Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: “Rabbí, come.”
Los evangelios nos cuentan también cómo Jesucristo predicó no sólo en las montañas o al borde de los lagos, sino también en el templo de Jerusalén, donde sólo podría haber predicado si era judío.
Lucas XXI, 37, Por el día enseñaba en el Templo y salía a pasar la noche en el monte llamado de los Olivos. Y todo el pueblo madrugaba para ir donde él y escucharle en el Templo.
Es más, en el siguiente pasaje de Juan el mismo Jesucristo se identifica como judío.
Juan IV, 22
, Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.

Jesucristo por Van Honthorst
“Cristo frente al gran sacerdote”, Gerrit Van Honthorst
Para algunos estudiosos de la Biblia como John P. Meier, el asunto no tiene discusión, su voluminosa obra sobre Jesús se titula, “Jesús, un judío marginal”. Pero Jesucristo no fue un judío más, fue un revolucionario. Su revolución lo llevó a reformar varias leyes, usos y prácticas de la religión judía tradicional, lo que le valió la condena de los sacerdotes judíos del Sanedrín. Un ejemplo de esta nueva prédica revolucionaria fue la promesa del reino de los cielos a judíos y no judíos. En el Evangelio de Marcos, Jesucristo cura al criado de un soldado romano quien para los judíos representaba el poder opresor y enemigo del cual debían liberarse. Ningún maestro judío le predicaría a un romano, y menos aún lo ayudaría.
Marcos VIII, 5-7
,  Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: “Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.” Dícele Jesús: “Yo iré a curarle.”
Jesucristo tampoco respetó la prohibición del trabajo en los días sábados, razón por la que fue acusado por el Sanedrín.
Lucas XIII, 10-16, Estaba un sábado enseñando en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla Jesús, la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad. “Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: “Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado.” Replicole el Señor: “¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?”
En esa época y según la tradición judía, las mujeres en el templo como en el hogar, tenían un rol subordinado al del hombre. Jesucristo las hizo discípulas suyas y abogó porque tuvieran una participación más activa y directa en el culto, esta fue una parte importante de sus reformas.
Finalmente no hay que olvidar que Jesúcristo vivió, murió y fue enterrado como judío. Su revolución no creó ninguna religión y menos aún iglesia alguna. Su ministerio no tuvo un lugar fijo, fue itinerante, y abierto a todos los que quisieran escuchar el mensaje, sin importar raza, condición o credo alguno.


Según la Iglesia Católica, José, el padre terrenal de Jesucristo fue un carpintero y su hijo le siguió los pasos en el oficio como era costumbre en la época. ¿En qué se basa la Iglesia para afirmar esto?
Las únicas menciones que los evangelios canónicos hacen sobre el oficio de Jesucristose encuentran en Marcos y en Mateo, y las dos hacen referencia al mismo suceso. Jesús regresa a Nazareth para iniciar su ministerio publico. La gente al reconocerlo dice:
Marcos, VI, 3, ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón?
Mateo XIII, 55, ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
Estas son las únicas referencias al oficio de Jesucristo y al de su padre José en toda laBiblia. En estos dos versículos se basa la Iglesia Católica para difundir la imagen, por todos conocida, de Jesús carpintero, hijo de José el carpintero. Siendo la de Mateo una referencia al oficio del padre, la de Marcos se convierte en la única referencia directa al oficio de Jesús.
Recordemos que los manuscritos originales de los evangelios canónicos fueron escritos en griego. La palabra griega que hace mención al oficio de Jesucristo en los pasajes citados de los evangelios de Marcos y Mateo es: TEKTON. Si no existiera ninguna duda sobre la correcta traducción de esta palabra griega al idioma de nuestras biblias, estas escasas menciones sobre el oficio de Jesucristo serían suficientes para cerrar el tema. Sin embargo, no es así, la palabra griega TEKTON no se refiere exclusivamente a un carpintero.
TEKTON era el apelativo que se daba, en aquella época, a alguien que se ganaba la vida construyendo algo con las manos. Lo más cercano a esto es el concepto de obrero de construcción, pudiendo realizar la persona, trabajos con la piedra, con barro, con madera y otros.
"Cristo en el taller de carpintero" Georges La Tour.
Según otros textos de aquella época el término se usaba indistintamente para designar a un obrero, a un albañil, a un orfebre, a un maestro de obra, a un arquitecto, a un tejedor, a un carpintero e inclusive a un tintero. Hay que señalar que cuando se quería especificar el oficio de una persona, en el griego de la época, se agregaba una palabra más que especificaba el oficio, es decir, si uno quería especificar que era un TEKTON en metales, pues la palabra griega TEKTON estaría seguida de otra palabra griega que definiría el rubro de los metales.

En los textos de Marcos y Mateo citados, la palabra TEKTON aparece sola, sin ninguna especificación sobre la designación en particular del oficio, no se puede entonces afirmar, basándonos en la etimología de la palabra que Jesucristo fuera un carpintero.
Analicemos el contexto y la geografía de la región donde creció Jesús. En aquella época, la mayor fuente de trabajo para cualquier carpintero sería construir casas, partes de las casas o el mobiliario para las casas.
En los territorios de Galilea y Judea, donde creció Jesucristo, la madera no constituía parte principal de ninguna construcción. Las casas estaban hechas principalmente de piedra, especialmente en Nazareth conocido por su rudimentaria arquitectura, su escasa población y sus limitados recursos agrícolas y ganaderos. Además, la madera no era abundante en la región. Ser carpintero en Nazareth sería tan raro como ser un esquiador en el África.
Si Jesucristo realmente hubiera sido un carpintero, su oficio habría sido tan singular que los evangelios canónicos lo hubieran mencionado en detalle.
Si queremos ser más específicos, revisemos las numerosas parábolas que empleo Jesús para ilustrar su mensaje.
En las parábolas que aparecen en los evangelios canónicos, Jesucristo se refiere más de 40 veces a labores agrícolas, más de 10 veces a labores ganaderas, más de 50 veces a actividades de interacción social, más de 40 veces a labores económicas o financieras y más de 40 veces a labores de construcción relacionadas con la piedra. El conocimiento de las actividades agrícolas, domésticas, ganaderas, y sociales que demuestra Jesucristo en sus parábolas era común a cualquier judío de la época, pues esas labores eran parte de su vida cotidiana. Pero los conocimientos específicos de construcción que aparecen en sus parábolas son pruebas de una formación exclusiva.
Mateo XXI, 42, Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?.
Mateo VII, 24-25, «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.
Lucas XIV, 28-30, «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar.”

jesucristo
"Cristo carpintero", John Everett Millais.
A la madera sólo se refiere 2 veces.
Mateo VII, 3 , ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?
Lucas XXIII, 31, Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?»
Si Jesucristo fue carpintero como sostiene la Iglesia Católica, ¿por qué sólo existen dos parábolas que se refieren al trabajo en madera y más de treinta a labores de construcción?
Tenemos evidencia suficiente para concluir que Jesucristo fue difícilmente un carpintero. Según todos los indicios fue más bien “un obrero de construcción”. En una región como en la que se encuentra Israel, con abundante piedra y pocos arboles, un obrero de construcción habría trabajado principalmente con la piedra, y mucho menos con la madera o los metales. Probablemente, Jesucristo trabajo en todas las estructuras de las que habló en sus parábolas, ruedas de molinos, lápidas, atalayas, ampliaciones de casas, barricadas, cercas, y graneros, entre otras.
Pero, ¿Cómo es que la iglesia nos ha presentado la imagen de un Jesús carpintero?
El termino carpintero aparece por primera vez en la traducción de la Biblia al idioma ingles hecha por Tyndale en 1526. William Tyndale fue el primero que decidió traducir la palabra TEKTON como carpenter (en español carpintero) y la mayoría de traducciones alemanas, francesas e inglesas siguieron su camino.
¿Por qué Tyndale lo tradujo así y por qué nadie dudó de la precisión de la traducción? Según Ken M. Campbell, en su estudio sobre el oficio de Jesús, miles de años de pinturas medioevales retratando a Jesucristo como un carpintero europeo usando herramientas europeas para crear muebles europeos, tuvieron una influencia en los traductores. Los traductores que, muy probablemente, no habrían visitado las tierras de Israel podrían asumir que la cultura de esa región era igual a la suya. Como la mayoría de casas europeas eran construidas con madera, podrían haber asumido que las casas en Israel se construían de la misma manera y que tenían los mismos muebles.
La Iglesia Católica nos ha vendido la imagen de Jesucristo “el carpintero”, cuando el líder del movimiento cristiano fue, probablemente, un humilde “obrero de construcción”.


Las citas bíblicas las hemos tomado de la New Revised Standard Version Holy Bible with Apocrypha. Oxford University Press, 1989. Para la versión en español hemos usado como base la anterior comparándola con La Biblia De Jerusalén Latinoamericana, Editorial Desclée De Brouwer, 2007. Hemos empleado además, como apoyo en caso de discrepancia, The Word Study Greek-English New Testament with Complete Concordance de Paul R. McReynolds, Tyndale House Publishers, 1999.

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